martes, 5 de julio de 2022

Carta abierta.

 Querido Antonio:

 Tu impronta es tan magnífica, que no hay palabras para describir toda tu obra y toda tu entrega. Siempre tuviste el gesto preciso, la palabra acertada... pero sobre todo la generosidad suficiente para apostar por cada persona... sin importarte el color, la raza, el sexo, el origen... todos son "hijos de Dios" decías... Aprendí tanto a tu lado... nos brindaste posibilidad cuando las puertas se cerraban, apostaste cuando ya nadie lo hizo... y entonces... fue posible!!!

Celebro mi cumpleaños rodeado de los que me quieren... y tú estás... El clavel blanco que se desprendió de unas de tantas coronas de tu despedida se ha venido conmigo... y aquí está celebrando... y alguien dijo:... realmente ese amigo tuyo es un Santo... ese clavel blanco está intacto a pesar del tiempo y el calor...

5 de julio, 2022
1 de julio, 2022


Ese eres tú... el incansable, el que siempre cree, el que siempre apuesta por la persona, el que tanto nos has regalado... Sigue cuidando de nosotros... te prometo que seguiré apostando por lo que siempre nos enseñaste: la vida y persona. Hasta siempre!!!

30 de marzo de 1991, compañeros de "la casa".

Jose Luis


Bueno yo voy a repasar una parte en la que nadie a nombrado..."la guarde". La guarde de Puente, la guarde de Donal como le decían los niños, una etapa donde "don Donal" nos dio la oportunidad de conocerlo y conocernos a nosotros mismos a través de Él.

En la guarde no había razas ni colores, éramos todos iguales. Él, nos enseñó a ver la pobreza y poder ayudar, a quitar el hambre, a visitar a gente necesitada. La guarde no era solo la guarde, era el lugar donde una personita te recibía con los brazos abiertos y te llenaba de calor de Paz...Él cada día encendía en el invierno la calefacción y por la ventana nos daba su bendición, su carcajada y su serenidad, no teníamos nada, pero no importaba porque estaba el Don Donal. 

Me siento afortunada de haber trabajado a su lado, de haber compartido sonrisas y lágrimas, de ver como se quitaba los zapatos para dárselos a quien los necesitaba, de saber que las flores que cogía yo del jardín, me las quitaba para poner en el Altar, de recogimientos  con las manos juntas y la cabeza para abajo, de su fuerza interior, de su amor por lo justo, de su amor por su madre y de esa inquietud de ver al Señor.

Me prometí no llorar porque, cómo voy a llorar por alguien que va a su destino a través de la Fé, a llenar el Cielo de estrellas, a conocer a ese Jesús que tanto amó...? Siento tu ausencia, no te veía pero sabía que estabas ahí, ahora solo con mirar al Cielo sabré que sigues dándome la bendición desde la ventana de un cuarto de calderas...

¡Hasta siempre Padrito!

Juani

Las chicas de " la guarde".

 

Entrevista de Eugenio Rodríguez a Antonio Romo:



Pedro Casaldáliga









Carta abierta para todos aquellos que queráis compartir un trocito de vida en este espacio.

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