FIESTA DE
LOS CASADOS
EN PUENTE
DEL LADRILLO
La
construcción del Puente del Ladrillo exigió a sus primeros
habitantes cubrir las necesidades básicas como el agua y la luz. El
Ayuntamiento de Salamanca desde el primer momento no quiso saber nada
de las justas demandas de esas personas que para la Institución
municipal "eran de las afueras".
Los
vecinos buscaron soluciones a las necesidades. La rivera del río
Tormes se fue convirtiendo en un recurso imprescindible para lavar la
ropa, para la higiene, para pescar... y también para divertirse. Se
inventaron las fiestas de los casados y la de los solteros.
A la
finalización de la Guerra Civil, aprovechando las fiestas
obligatorias del 18 y 25 de julio, se asociaron las Fiestas de los
Casados al día 18 y la de los solteros al día 25 (Festividad de
Santiago)-
Durante
algunos años íbamos al "paraje de Falange", que en
realidad era el Arenal del Ángel, y que en la actualidad está
ocupado por el Camping Don Quijote en el que se puede disfrutar de la
naturaleza y de una excelente atención personal por parte de los
trabajadores de dicha instalación-
En ambas
fiestas se iba el día anterior y se reservaba una extensa zona. Con
grandes sogas atadas al tronco de los chopos quedaba acotada la
"parcela" para las personas del Puente del Ladrillo.
El día
de la fiesta, desde horas muy tempranas, grupos de adultos, jóvenes
y niños caminaban alegres por la vereda que había junto a la vía
del ferrocarril. Algunos años después se utilizó el carro del
señor Esteban con tracción animal (el burro Navarro). Y años más
tarde fue Nino que con su camión repleto de niños y adultos
mezclados con barreñones, barreños, cazos, espumaderas, sartenes,
cazuelas, platos.. colaboró y facilitó a los vecinos el acceso
hasta el lugar reservado la víspera de la fiesta. Para no ser
multado por la Guardia Civil, Nino se iba por el camino de Cabrerizos
y dejaba a los viajeros y todos los trastos, propios de la cocina y
del descanso, en el puente que pasa por encima el ferrocarril. La
razón de ello era que el camión tenía más altura que el hueco del
puente.
En un
ambiente de alegría la gente se bañaba, cantaba y bailaba. La
comida era compartida entre todos. En algunos años se cocinaron
ovejas para todos y hace ya algunos años se cocinó una vaquilla. El
señor Felipe con su gaita y tamboril era un excelente dinamizador de
la fiesta (y no tenía titulo de animador cultural ni le pagaba el
Ayuntamiento). Los cocineros, normalmente eran Argimiro y Juan
Antonio, se encargaban de preparar exquisitos guisados.
De
regreso al Puente del Ladrillo se organizaba un baile frente al bar
de la señora Amalia (Bar de Maguí), más o menos dónde hoy hay un
triste y patético parquecillo. La orquesta estaba formada por Pepe
(batería), el "Manco" (Trompeta), Monto (Acordeón) y el
señor Jesús (Saxofón). Años más tarde actuaría Pelayo, tocando
la batería. La velada duraba hasta altas horas de la noche en un
ambiente familiar y de gran contento.
Como
homenaje a todas las personas que hicieron posible Puente del
Ladrillo, hoy adjuntamos una fotografía de Pelayo y su hermano José,
ya fallecidos.
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