Terminamos el día con un gran aplauso desde nuestro barrio.
En el lugar en el que nuestros ferroviarios trabajaron cada día de sus vidas, en el que construyeron sus casas, sus calles, su Iglesia, su Escuela,... ;estas noches se ha podido escuchar el clamor de los aplausos y el sonido de los trenes.
El olor a carbón ha desaparecido, así como la caseta del guarda" o los pasos a nivel. Sin embargo ahí están los trenes, el inamovible "Teso de las Cabezas" al que subíamos de niños para merendar mientras disfrutábamos de una latilla de sardinas, y nuestro barrio, Puente Ladrillo.
Pero lo más importante es que en este vídeo que podéis ver en Salamanca24horas, se siente a las personas que vivieron y viven aquí, aplaudiendo a todos aquellos que trabajáis para que esto salga bien.
¡Ánimo valientes!
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