LA BURRA:
"La burra"
fue un mecanismo que se accionaba por medio de vapor que al dejarlo
salir emitía sonidos intermitentes, muy fuertes y que se oían en
casi toda la ciudad. Durante muchos años marcó el ritmo laboral de
muchos trabajadores y, sobre todo, de lo ferroviarios. Su puntual
canto marcaba el inicio o finalización de la jornada laboral de los
trabajadores de RENFE. Los tres cambios de turno que existían se
comunicaban a golpe de "burra".
Pero no sólo los
ferroviarios estaban pendientes de "la burra", muchos otros
salmantinos se acostumbraron a su sonido, constituyendo un medio
eficaz y puntual en sus actividades familiares, laborales y sociales.
El señor Salva fue
durante muchos años el encargado de su perfecto funcionamiento. Su
trabajo fue reconocido ampliamente por la sociedad salmantina de
aquellos tiempos.
En algunas situaciones
extraordinarias "la burra" fue fiel compañera de
los salmantinos en momentos difíciles, como era el avisar cuando se
aproximaba un bombardeo en la ciudad, y también en momentos de
felicidad, como era en la Noche Vieja cuando entraba el Año Nuevo.
Seguro que en la actual
situación de alarma, el señor Salva hubiera estado todas las tardes
a las ocho en punto haciendo sonar fuertemente "la burra".
El señor de Salva era el
padre de Flori, uno de los fundadores del barrio de Puente del
Ladrillo. Un vecino ejemplar, con una gran personalidad lleno de
virtudes.
Santiago G. Velayos García.
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