lunes, 23 de diciembre de 2024

UN EJEMPLO DE CREATIVIDAD ARTISTICA INFANTIL


 

DOÑA TERE MONTÓ EL BELÉN

Doña Tere fue una vecina que desempeñó en las décadas de los 50 y 60 la tarea de enseñar las primeras letras y los números a los niños y niñas del poblado de Puente de Ladrillo. No había sueldo, todo era voluntario y todo era amor. Posiblemente haya sido uno de los mayores logros de una comunidad olvidada por las Instituciones públicas y privadas. En un capítulo aparte desarrollaremos las aportaciones que hizo doña Tere a la formación del PUENTE DE LADRILLO.

        Por aquellos años la Navidad comenzaba con el sorteo de Navidad, es decir, al día siguiente de su celebración que era cuando se comprobaban las escasas participaciones que los vecinos habían adquirido, sobre todo, en el kiosco de la estación del ferrocarril. Unas papeletas muy grandes de tamaño, de grueso papel, de opacos colores y con los números impresos manualmente en cada una de ellas.

        Hay que montar el belén, decía doña Tere a sus “chicos y chicas”.  El ejército de pequeños, alborozados por la noticia, proponían las tareas que habían de realizarse. Unos tendrían que ir a buscar escorias que sacaban los limpiadores de las calderas de las máquinas del tren, otros irían a buscar musgo en las laderas de las trincheras de las vías del tren y otros se encargarían de llevar arena y algunas piedras pequeñas. Al final de la mañana ya estaban todos los materiales en la habitación que se utilizaba como aula. Con tablas y puertas viejas se construía rápidamente una tarima. El musgo, las escorias y la arena la cubría. Cada uno de los niños proponía dónde poner el portal, las “casas”, el puente, el rio, los reyes y demás objetos decorativos. Las figuritas eran, en su mayoría de doña Tere, aunque había algún niño que aportaba las suyas. A la hora de la merienda el belén ya estaba montado. Por indicación de doña Tere lo primero que debíamos hacer, concluida la tarea, era cantar unos villancicos.

         El belén de doña Tere era un poco de todos. Sus figuritas eran sencillas, de barro y con pocos detalles escultóricos. Las casas y el portal eran de escorias ferroviarias, como las casas de Puente Ladrillo construidas con las piedras de la construcción del ferrocarril. Los puentes se hacían con pequeños trozos de cartón de las cajas de zapato y se intentaba que se pareciese al puente existente en el barrio, cuestión que no conseguían las manos de los niños. La casa de doña Tere, al igual que en el resto del vecindario, la puerta de la “calle” estaba tanto de día como de noche abierta., por lo que era fácil entrar a visitar el excelente montaje helenístico que había montado doña Tere y sus “niños”. Durante bastantes años se mantuvo esta tradición en el barrio.

        El “belén de doña Tere” sirvió de motivación en muchos niños para construirse sus propios belenes. Dicha actividad infantil tuvo en la década de los 60 un reconocimiento a nivel de ciudad obteniendo un segundo puesto en el concurso de belenes. Éxito que fue compartido por todos los niños y niñas de “la escuela” de doña Tere, ya que el premio conseguido fue bolsas de varios kilos de caramelos y otras chucherías.

        Lamentablemente las figuras, de gran tamaño y valor escultórico, que se adquirieron en la Iglesia de Santa María por don Heliodoro Morales, a petición de doña Tere, fueron desapareciendo poco a poco hasta que en la década de los ochenta ya no quedaba ninguna.

        En años posteriores, con motivo de un premio de la ONCE, varias mujeres donaron dinero para adquirir imágenes para el belén de la Iglesia. Se adquirieron, de varios tamaños, las figuras del Misterio y los Reyes Magos.

        La escasez de recursos económicos no fue hándicap para hacer una de las manifestaciones artísticas más creativas de la historia de Puente de Ladrillo: el” belén de doña Tere”. La imaginación infantil  compensaba con creces todas las dificultades.

Grupo “Escuela Abierta”. Hª de Puente Ladrillo

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario