lunes, 18 de mayo de 2020

Hoy ha sido 18 de mayo

Gracias por una vida entera en Puente Ladrillo 

Florinda González Maya
(Fotografía de Santiago Velayos García)

Llevabas días cansada, llevabas días sin apenas hablar ni comer; tal vez sintiendo en tu interior que algo estaba cambiando fuera de tu humilde casa, escuchando el ahora más espaciado sonido de los trenes al otro lado de la pared de tu cocina. 

Claro Flori, han sido muchos años de viajes compartidos, risas, canciones y bailes... Tantas actuaciones... ¿Recuerdas aquel castillo en el que dormimos en Toledo? ¿Y  Bilbao? 
Noches de ensayo en el Centro Parroquial o en La Escuela, cenas, celebraciones...

¡La Plaza Mayor tembló bajo los aplausos a una Jota de Labradores que salía de lo más profundo de vuestras ganas de vivir!

Y todo esto después de años de trabajo y esfuerzo; primero de la mano de tu marido, y después sola, cuidando y arropando a tus hijos y nietos con el arrojo y la valentía que las mujeres de nuestro barrio tienen en la sangre. Echando carbón y leña a esa caldera que cada invierno parecía no saciarse nunca.

Has estado una vida entera escuchando el ruido del traqueteo de los trenes, con sus vagones repletos de viajeros venidos de la capital en el ferrocarril; ignorantes de que antes de entrar en Salamanca, eran obligados a pasar por tu casa y a contemplar esa pequeña ventanuca que te permitía ver el Puente de Ladrillo desde un lugar privilegiado.

Después de este larguísimo camino, decidiste ya hace un tiempo que era hora de descansar, de dejar que otros pasaran el cesto en la Iglesia, de callar ante nuestras insistentes preguntas, de dejarte querer y acompañar, mirándonos en silencio sentada a la camilla, con las faldillas sobre tus rodillas y una revista en el regazo.
Tu mirada agradecida y sabia nos advertía de tu próxima partida.

Sabemos que te has marchado tranquila, con los primeros rayos de sol del 17 de mayo del 2020, en tu cama... en silencio y en paz. 
Tu familia te trajo al barrio, y tu familia te ha acompañado hasta tu último aliento en esta Tierra. Hace mucho que sembraste una semilla que se ha convertido en un árbol robusto y fuerte que te ha ayudado, y cobijado los últimos años. 
Ha sido un sendero cada vez más estrecho y empinado que ellos han decidido recorrer a tu lado, sin dudas, con decisión. Hasta arriba pero juntos y de la mano. Guiados solo por la luz de un infinito Amor.

Bueno pues compañera, feligresa, vecina, amiga, madre, abuela, maestra...; aquí termina nuestro trayecto juntos... de momento. 

Hasta el próximo baile Flori. 

"Madre e hija".
Fotografía de Flori González González, el 6 de abril del 2020.

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,

ni me mueve el infierno tan temido

para dejar por eso de ofenderte.



¡Tú me mueves, Señor! muéveme el verte 

clavado en una cruz y escarnecido,

muéveme ver Tu cuerpo tan herido,

muévenme Tus afrentas y Tu muerte.

Muéveme, en fin, Tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo Te amara,
y aunque no hubiera infierno, Te temiera.

No me tienes que dar porque Te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que Te quiero Te quisiera.


Santa Teresa de Jesús

Y que el Puente de Ladrillo
siga como siempre hermano
cuando lloren unos ojos
ver a los otros llorando.

Teresa Durán




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