¡Pasaron a la casa del Padre!
Morirse
en tiempos de pandemia es irse en soledad.
Siempre lo ha sido, pero mucho más en estas circunstancias,
debido a la distancia social, al confinamiento, al estado de alarma y
a todo cuanto se diga ahora, las despedidas de las personas que han
fallecido en estas fechas son un trance que requiere mucha entereza.
Para los familiares de los fallecidos no es fácil gestionar ese
dolor interno que provoca la muerte de su ser querido, sobre
todo cuando no se les ha podido acompañar como se hace de
manera habitual: al escuchar su voz al oído, dar una última
caricia, agarrar fuerte la mano de la persona que se ama antes de que
se vaya, participar en la celebración eucarística por su eterno
descanso, acompañar al cementerio rodeados de familiares y amigos,
etc.
Queremos
recordar a todas las personas del barrio que nos han dejado, de
manera particular recordamos y rezamos por Fr.
Angel Perez Casado y Florinda Gonzalez Mayo,
que pasaron hace poco a la casa del Padre. El apóstol San
Pablo nos recuerda en su carta a los Romanos: “Si
hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él”
(Rm 6,8). Pensemos en estas palabras iluminadoras de san Pablo,
mientras hacemos memoria de los queridos difuntos, pues nos
transmiten consuelo y ánimo esperanzado. También tenemos presentes
y oramos por las familias y amigos que no pudieron acompañar o
despedir a sus seres queridos en el momento de su fallecimiento.
Expresaros
que, con este objetivo, ponemos
estas sentidas palabras de apoyo y esperanza en el duelo, para
vosotros familiares y amigos de aquellas personas del barrio que nos
han dejado en estos duros meses del covid-19, como
un modo de aliviar
la tristeza por su ausencia. Pues
confiamos y esperamos que vuestro seres queridos serán recibidos en
el regazo misericordioso de Dios Padre.
¡Un
abrazo fraterno en Cristo Resucitado!
Juan
Andrés Martín, párroco solidariamente de Sta. Mª. de la Asunción