Esta noche, es una noche de oración.
Durante toda la noche los vecinos hacíamos turnos para mantener abierto nuestro Templo desde la Hora Santa, a las 22:00, hasta la oración de la mañana, que preparaban las hermanas de la congregación religiosa de los Sagrados Corazones.
Después de las Siete Palabras el silencio se adueñaba de la iglesia, solo interrumpido por algunos rezos y letanías, que normalmente hacían nuestros mayores.
Hoy queremos recordar especialmente a dos personas que año tras año, y desde que llegaron al barrio, pasaron a formar parte de esta tradición aportando su trabajo, sus ganas y su FE: Víctor y Teresa.
Vuestro paso por Puente Ladrillo estuvo marcado por una disponibilidad difícil de encontrar. Nos acostumbramos a que preparaseis las celebraciones desde vuestro conocimiento de las mismas y de los evangelios. Muchas veces os dejasteis lavar los pies, pero muchas más fueron las que nos los lavasteis a los demás a través de vuestros gestos de servicio.
Sabemos que a pesar de la distancia, vuestra presencia se siente, la de los dos. Teresa seguro que ya ha utilizado su carácter para prepararnos un buen hueco allá arriba, tan previsora y detallista como siempre.
Y tú Víctor, dejándote servir mientras te recuperas de una operación en Alemania. Ahora es cuando todo esto toma sentido y puedes ofrecerle a tus hijas y nietas la oportunidad de resucitar en ellas lo mejor de su interior.
Gracias familia por todo el amor que sembrasteis por aquí.
Vamos a acompañar la entrada con una fotografía del Monumento realizado por los Padres Dominicos en la Iglesia de San Esteban. Entre ellos Ángel, hermano de Julio al que también podemos ver echando una mano en la colocación de nuestro Monumento.
Ambos han lavado tantas veces los pies de los que les rodean, que ahora les resulta difícil dejarse servir desde la enfermedad y la soledad que esta situación excepcional ha traído.
Un abrazo para ellos y para todos aquellos que os rodean y os quieren, que nos consta son muchos.
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