El agua:
En esta primera parte sobre el tema del agua en el Puente del Ladrillo, haré una breve descripción de la tarea tan dura que suponía, para las mujeres, el lavado de la ropa. Y todo ello era consecuencia de no disponer de agua en el barrio.
Hasta el año 1961 las mujeres del barrio se apañaban para lavar la ropa cogiendo agua de las máquinas del ferrocarril, recogiendo agua de lluvia o ir a lavarla al río. Esto último era lo más habitual. Eran, la mayoría, mujeres las que se encargaban de coger el carretillo y sobre él colocaban los barrañones, la tajuela, el lavadero y toda la ropa sucia. Se ponían de acuerdo varias vecinas para ir a lavar la ropa.
Con los carretillos recorrían, junto a la vía del ferrocarril Salamanca-Peñaranda, el camino hasta el río Tormes en la zona de Cabrerizos. Esta tarea que realizaban las mujeres era motivo de alegría para los niños que de esta manera, mientras sus madres arrodilladas en las tajuelas lavaban la ropa, ellos se dedicaban a jugar con la arena y el agua cristalina del río.
Una vez lavada la ropa, la tendían para que se secase y así era más liviana la carga del carretillo en el regreso al barrio.
En el año 1961 el barrio contó con dos fuentes que abastecían de agua a los vecinos y así poder, entre otros beneficios, lavar la ropa en las propias casas.
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