"No puedes separar
la paz de la libertad, porque nadie puede estar en paz, a no ser que tenga su
libertad". (Malcolm x)
EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO DE ESPAÑA
CAMBIA DE OPINIÓN SOBRE EL SÁHARA OCCIDENTAL, ANTIGUA COLONIA ESPAÑOLA.
"Lo he vivido como una catástrofe personal, como algo que se te
rompe en el interior", confiesa Cipriano González, de 70 años y exalcalde
de Béjar (Salamanca).Militante desde hace más de 40 años, se involucró en la
causa saharaui en los 90: "Soy un militante y tengo que aceptar estas
decisiones, pero también tengo derecho a decir que no me parecen razonables, ni
oportunas, ni coherentes con lo que somos y con lo que hemos sido".
(declaraciones aparecidas en el diario EL PAIS. J. Marcos.
Madrid).
Con estas
palabras tan contundentes y llenas de humanidad nuestro amigo Cipriano
González exponía su postura sobre el
giro que el Gobierno de España ha dado
sobre el conflicto entre el pueblo
saharaui y Marruecos.
El Sáhara Occidental fue una colonia española hasta que en el año 1975
abandonamos , presionados por el montaje de la "marcha verde" ideado
por el monarca marroquí. España, de acuerdo con las decisiones de la ONU tiene
el mandato y la obligación de gestionar el proceso de descolonización mediante
referéndum. Marruecos quiere anexionarse el territorio del Sáhara Occidental,
negando a los saharauis el derecho a elegir su propio futuro como pueblo. El
conflicto ha desplazado a los habitantes desde sus propias casas hasta
campamentos, en pleno desierto, construidos en tierras argelinas. La Asociación Cultural "Escuela Abierta", en años
pasados, reconoció los valores humanos y su permanente actitud de servicio a
los demás de Cipriano González , otorgándole uno de los primeros honores de
SOLIDARIDAD del barrio de Puente Ladrillo.
Durante algunos años, "Escuela
Abierta" recogió alimentos y diferentes productos para entregarlos
posteriormente al grupo que coordinaba la recogida y envío hasta los campos de refugiados
saharauis. La respuesta de los vecinos fue ejemplar. Hubo una vecina que
entregó 500 pesetas y que, por indicación de los responsables de la ciudad, lo
invertimos en cebada que fuimos a comprar al comercio de J. Ignacio Miñambres
en la avenida de la Merced y que luego llevamos hasta el convento de los
Dominicos, calle Rosario.
Cipriano quiere compartir con todos
nosotros algunas instantáneas que él mismo recogió en los campamentos de
refugiados. También se ha ofrecido para facilitarnos toda la información,
participando en actividades que podamos organizar, sobre los saharauis que
tenían documento nacional de identidad igual que nosotros y que luchan por su
libertad.